La Casa de Los Melaza, ubicado en la 6ta avenida y 4a calle de la zona 2. Un comedor que sirve desayunos a Q18, almuerzos a Q20 y refacciones a Q10. ¨Le pusimos La Casa de Los Melaza porque mi esposo y yo no la pasamos peleando todo el día por cosas que nada que ver,¨ explicó Doña Thelma, la dueña de uno de los comederos más populares de la zona 2.
Sirve a oficinastas del Banco Industrial, trabajadores municipales de construcción, y la variada población turística de la zona 2.
Abre sus puertas a partir de las 7:30 de la mañana y cierra a las 3 de la tarde de lunes a viernes, los sábados de 7:30 a 11:00 a.m. y toma un descanso el domingo.
Por dentro, la decoración vintage resalta ante los ojos de quien entre al cuarto interior de lo que, en su tiempo, fue la casa familiar de uno de los dueños, una pareja de marido y esposa. En el fondo suena la canción de los años 70 ¨Algo de mí ¨ de Camilo Sesto. Esta canción viene de un disco de oldies, un obsequio de una cliente a Doña Thelmita.
Doña Thelmita, la dueña, atiende personalmente a cada y uno de los aproximadamente 100 clientes que frecuentan el comedor a diario. A pesar de tener un porte serio, Doña Thelmita se sabe las vidas de sus invitados, así como ellos, la de ella.
La casa está llena de recuerdos, que el esposo de Doña Thelmita ha ido coleccionando para la estética de su negocio desde su apertura en el 2000, hace doce años.
La señal que indica la caja es la frontera entre lo comercial y la vida privada de Doña Thelmita, que se encuentra en la parte trasera de la casa, pues los esposos viven en la ubicación de su establecimiento.
¨Los Melaza¨, como le denominan al comedor los clientes más fieles, mantiene un staff de trabajo de tres empleadas y un empleado. Alma lleva tres años con Doña Thelmita, y es especialista en la carne asada.
La cocina, que queda detrás de una separación de madera hecha a mano, era antes el garage. Hoy es el lugar donde la comida es preparada cinco minutos después de haber sido pedida.
Del lado izquierdo están las estufas. Del lado derecho están las hoyas, y en medio de estas dos cosas, hay sillas para la hora de descanso de los trabajadores del comedor.
Detrás de la separación de madera, que divide los clientes de la cocina, se ubican todos los trastos para refresco, caldo, carne, ensalada, frijoles, huevos e inclusive postre.
A pesar del hecho que Doña Thelmita nunca a viajado al extranjero, tiene la colección más numerosa en tamaño de platos entre los dueños de los restaurantes. Los orígenes de los platos varían entre Asia, Europa y el mundo anglosajón.
¨Soy una persona llevadera, que le gusta platicar. Pero cuando me molesto me porto firme¨ admitió Doña Thelmita, quien, como es visto en esta foto, está de luto por la muerte repentina de su sobrina, quien ayudaba a la dueña en el comedor durante las tardes. Su sobrina era alumna de la Universidad Mariano Gálvez, que queda a menos de 10 minutos a pie.
Doña Thelmita, tras darles instrucciones a su platicadoras empleadas, se dirije al único hombre empleado de ¨Los Melaza¨, aparte del marido de Doña Thelmita. Jorge, quien es visto pacientemente doblando servilletas de papel, lleva cinco años con la pareja, quienes lo contrataron cuando su madre dejó de trabajar en el comedor hace más de media década.
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